sábado, 1 de diciembre de 2012

Pensamientos ocultos.

"Quiero volar. Salir por aquel ventanal y surcar el cielo, porque lo que hay tras estas paredes me reprime, me hace daño.
Quiero salir, romper los cristales y liberarme. 
Deseo llegar a un lugar en el que ser yo, no suponga algo raro, algo que me haga sentir mal.

Me dicen últimamente que parezco triste, que estoy enfada, y borde. Y lo cierto es que estoy distante. Estoy aquí, pero mis ojos se dirigen hacia la ventana, hacia la libertad y mi alma me empuja hacia ella... Pero me quedo impasiva. Sentada, en ese banco, con la mirada perdida, ignorando al resto con mis auriculares. Es entonces cuando se me ocurre escucharlos. Pero lo único que consiguen sus palabras es hacer que me sienta peor. Ese dolor vuelve, solo escuche ese nombre, tan doloroso para mí, y se ríen, y me vuelvo a poner los auriculares porque realmente prefiero sentir la música, a sentir los fuertes golpes de esos nombres, del pasado, de ser ignorada, desconocida. Amistades que se fueron, antiguos amores, demasiados colegas, y nadie que me entienda, nadie que se interese, o se preocupe por mí. 

Sutiles melodías se cruzan por mis pensamientos. ¿Cómo he llegado a esto? 
Ya ni lo recuerdo. En este pequeño cuerpo hay una mente agitada, el peso de mi vida me irrita, demasiadas experiencias malas, las pesadillas me atormentan, las palabras me acorralan, y los silencios... los silencios se disfrutan.
Los recuerdos me pesan, me duele el corazón de aguantarlos... Y esas promesas incumplidas. Gente cometió el error de decir que estaría a mi lado para siempre. Promesas vacías.
Ya no espero nada de nadie. No puedo, se que estoy sola. Casi todos se fueron, nadie quiere quedarse, y nadie se acercará.
Las heridas no se cierran, las cicatrices permanecen. Solo queda convivir con ellas, y aprender a que el dolor se vaya apagando.

Echo una mirada al futuro, pensando en lo que el destino me depara. Siempre obtengo la misma estúpida respuesta: Soledad."

Suena el timbre, todos vuelven a sus aulas, a sus apuntes. Ella sigue con sus ralladas, sus movidas, sus pensamientos mas ocultos pasando por su cabeza, uno a uno. Esa ventana. Tal vez no le cueste mucho tiempo acercarse a cruzarla. 
Nadie la mira, parece invisible, y ella lo nota. Intenta integrarse en un sitio en el que no encaja, por mas que lo intente. Prueba a ser buena compañera, pero nadie la necesita nunca. Lo sabe, pero ella tiene esperanza. Es una chica fuerte, y sabe, que en el fondo, está destinada a algo grande.






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