lunes, 29 de abril de 2013

Gritos ahogados

Tengo muchas cosas que decir y poca gente a la que contárselo.
Un día te despiertas feliz, sin problemas... Y al siguiente sientes la presión del mundo sobre tus hombros, hundiéndote contra el suelo húmedo.
A veces te da la sensación de que todo el mundo avanza menos tu. Todo el mundo en progreso y tu atascada, perdida entre los movimientos de la gente.
Todo el mundo caminando con prisa, sin rumbo, y tu parada, observando el mundo, preguntándote por que estas aquí y cuanto mas estarás. Si merece la pena. Si sirve para algo, si tiene algún sentido.
Como todos los días, acabas ignorando tus dudas existenciales porque no vas a encontrar una respuesta. Y así sigues, hacia delante porque no te queda otra, y el pasado, pasado está.
Las cosas empeoran cada día. Cada vez te oprime más, tienes menos salidas, menos posibilidades. Tu lógica y tu sentido común tardan más en reaccionar, pues todo carece de sentido y da bandazos sin rumbo.
Harta de una sociedad materialista, superficial, consentidora, falsa.
Hasta de estar obligada a obsevarlo todo con ojos perplejos sin posibilidad de actuar por cambiar el rumbo de mi vida. Sin ganas de nada... y con ganas de todo.
Sin nadie en quien confiar, no queda nadie a quien contarle nada, y no queda nada que pueda sacar. Me guardo mis gritos ahogados y los comparto con mi almohada, la que siempre está ahí, cuando mi pensamiento más me acecha, en las noches frías, oscuras. En mi habitación compartida. En un pequeño rincón de este mundo que puedo llamar <<mío>>
Y así cada día, preguntándome porqué estudio si no puedo estudiar lo que quiero. Aguantándome porque no puedo dejarlo y dedicarme a otra cosa, porque no puedo tener un trabajo, porque no puedo quedarme sin hacer nada, porque cada vez las cosas van peor y tengo las manos atadas. Pero sigo ahí, con la tonta esperanza de que en cualquier momento pase algo que le de luz a la situación. Que me ayude a salir de esta...
Desmotiva querer algo con fuerza y perder la fuerza por saber que aunque lo desees con todas tus ganas, hay algo mas grande que tu que te impide obtenerlo. Desmotiva porque sabes que aun con toda tu voluntad no puedes hacer nada.
La situación de tensa y tengo la sensación de que en cualquier momento voy a romperme con ella.

sábado, 27 de abril de 2013

Días grises

Uno de esos días en los que despiertas sola en casa, en los que parece que tienes todo el tiempo del mundo solo para ti.
Te levantas, te das una ducha con música de fondo y te olvidas de las preocupaciones. Sin nadie que te moleste o te distraiga.
Solo tu, contigo misma.

Después de varios días soleados, un día gris se agradece tanto como un día caluroso en pleno invierno.
Es nostálgico e inspirador. Te muestra un lado salvaje y tranquilo. Una mezcla de relajación y tristeza. Como un suspiro del tiempo, cansado de la monotonía. Pues cuando no hay límite de tiempo, el tiempo deja de existir... Y los hechos se pueden volver repetitivos.

Amo los dias grises. Especialmente los días de tormenta.
¿Sabes cual es la única pega?
El dolor de cabeza.

martes, 16 de abril de 2013

Realidades.

Sabes que estas vivo cuando sientes. Cuando tienes miedo y experimentas el temor. Te das cuenta de que esto no es un juego, de que en cualquier momento puede pasar algo que cambie tu vida de un modo radical, e incluso la destruya. 
Te tiemblan las manos, te aterroriza pensar en el abanico de posibilidades a las cuales te puedes enfrentar cuando la situación se torna adversa.
Y solo te quedan dos caminos. O te controlas, o te dejas llevar.

viernes, 12 de abril de 2013

"Y con un suspiro abandonó el mundo, de la misma forma en la que vino a el."

Y entonces me dijo...

"Respira. Levanta la cabeza y mira, el mundo está esperando algo de ti. Dime si no... ¿Para que estás aqui?"
Reconozco que hubo veces en las que me equivoqué. Pero reconoce que reconocer, es de sabios.

martes, 9 de abril de 2013

Bienvenida.

Desperté hoy sin ese aura oscura sobre mí.
Me miré al espejo y me reconocí, al fin.
Me echaba de menos.

- Bienvenida. - Me dije. - Gracias por volver. Te he echado de menos. Añoraba esa parte de mí que me complementaba y me hacía ser yo por completo. Una sonrisa sincera, orgullosa. Sin maldad, sin agobios. ¿Donde estabas? ¿Porque me dejaste comportarme así? ¿Que era eso tan importante que tenías que hacer para irte y dejarme desnuda, ignorante e inocente, que me ha echo parecer una estúpida cualquiera? 
No te vayas otra vez. Por favor, quédate. Porque sin ti, mi esencia me abandona y me convierte en un juguete roto, indigno para quien sea. Bienvenida.

jueves, 4 de abril de 2013


Tu mano, tan segura de si misma, me acaricia lentamente como si hubiera sido creada tan solo para ello. Mi respiración se entrecorta con su tacto. Mi cuerpo de siente levitar en el silencio. Las palabras dejan de tener sentido y lo único que soy capaz de hacer es dejarme llevar. Te miro fijamente por unos segundos. Intento descifrar que dicen tus ojos. Tal vez tu me observes pensando lo mismo. Nos quedamos quietos. Serios. Sin retirar la mirada el uno del otro. Ya no soy capaz de pensar mas, solo estoy esperando a que te decidas.
Cierro los ojos y siento que la oscuridad me va a absorver. En el reproductor suena una canción sugerente. ¿Aún te lo estás pensando? Me abrazas y me susurras algo, despacio. Abro los ojos lentamente. Tus manos me desnudas y no lo impido. Me conformo con disfrutar del momento, dejando las consecuencias escondidas en algún lugar dentro de esa loca cabeza mía. Me basta con disfrutar de tu compañía esta noche. Lo prefiero a pensar en como hubiera sido. Prefiero tenerte hoy a perderte mañana. Yo ya no voy a encontrar a nadie que me quiera.

Y mientras esos pensamientos corren por mi mente me besas una última vez... Como si aún tuvieras que convencerme. Te acuestas sobre mí. Te miro seriamente y de mis labios surge una pequeña sonrisa. Quisiera mantenerte así, para siempre, y se que no olvidaré este momento. Ámame esta noche. Ámame bien, porque se que es la primera y será la última.

miércoles, 3 de abril de 2013

¿Y que pasa si te das cuenta de que has desperdiciado tu vida por obedecer a los demás?

¿Quien te devuelve tus días?

¿Quien te asegura que no te arrepentirás de nada si vives la vida que te dictan? 

Rechazado.


El solía brillar con la fuerza del sol. Acostumbraba a volar en vez de caminar y respiraba de una forma extraña. Nada parecía afectarle. Se encontraba inmerso en el mismo, en paz. En su burbuja, en su mundo. En el paraíso o tal vez en el cielo. El solía arrasar en todos los sentidos. Él no tenía problemas y todo estaba bien. Todo era bueno, pero… nada se comparaba a ella. 

<<ELLA>> 

Su dulzura y su sonrisa. Su voraz gracia en cada acción lo atrapó.  
Ella y el se parecían. Ambos iban a su aire, libres, felices, sin torpezas. Pero algo cambió. Uno de ellos decidió que su felicidad debía depender de otra cosa en vez de su libertad, como hasta ahora. 
El parecía moverse a su son, parecía disfrutar tan solo observándola. Un día, su vida ya no es su vida. Sus movimientos ya no le pertenecen. Incluso los latidos de su corazón parecían modificados. Y entonces ocurre. Ese día, el comenzó a saber sobre el dolor. Lentamente, paso a paso. Y a medida que lo iba conociendo, su brillo se hacía menor. Ese resplandor cegador, esa burbuja que parecía protegerle desaparecían poco a poco, consumiéndose, al igual que si grandeza.

<<TE QUIERO>>

Que dolor tan grande... Como si de una puñalada se tratase, su pecho empezó a doler hasta morir. No hicieron falta palabras. El sabía antes de escuchar esa dulce voz de amargas palabras, que el rechazo era inminente. Sus ojos no engañaban. Sus ojos hablaban... Sus ojos, le rechazaban. 

No creo en el amor, dijo días después.
Ella brillaba como el primer día. El se había apagado, consumido por un monosílabo. Castigado. Hundido. El no cree ya en el amor. El perdió la esperanza. El perdió su luz. El se convirtió en otro exclavo de la sociedad, se entregó al desajuste olvidando que un día fue feliz. Olvidó que un día, una preciosa princesa le convenció de que, el amor, es algo inexistente.

 

martes, 2 de abril de 2013


Susurros.

Sentada bajo este árbol como de costumbre, me llegó un suspiro del viento. 
Me contó muchas cosas... Escuché tu nombre bajo el firmamento.
Susurrado por mis labios despacio, casi sin aliento.
Caprichoso destino que decae a cada paso.
Virtuoso astuto que ignora lo evidente, como le envidio.
¿Por qué no puedo yo, como el, ignorar los susurros del viento?
Aferrada a la esperanza de acostarme entre tus brazos.

Me levanto de las frías y viejas raíces de este ente.
Me encamino hacia el lugar que me pertenece.
Me entrego a las señales que me brinda la naturaleza. 
Me distraigo a cada paso... Pues me gustará no llegar nunca. 

!

Como el tiempo lo destruye todo, a su paso.
Pensar se hace pesado y sentir, doloroso.

Debo permanecer aquí, de pie ante todo.
¿Dónde quedó? 
¿Dónde se fueron esos futuros inciertos?

Tal vez algún día pueda echar un vistazo y entenderlo.
Tal vez, algún día, logre entenderte.
Tal vez, la situación se vuelva favorable.
Tal vez, algún día. 

Pero... Dime.
¿Dónde queda mi ilusión? 
¿Crees de verdad que todo puede acabar así, sin más?
Duele, que no te des cuenta de que duele.
Y molesta que pienses que no me importa.

Pero no puedo decirte nada. 
No puedo entrometerme más.
La espera se hará larga, tal vez.
La espera podría destruirme. 
La espera, injusta espera.
¿Quien me asegura que merece la pena?

¿Puedes escucharlo?
¿Puedes sentirlo?
¿Puedes, acaso, imaginarlo?
¿Puedes mirar más allá de esa pared de humo que tanto te ciega?
Dime... ¿Puedes verme?
¿Puedes si quiera pensarme?
Simplemente toca escoger.

La vida te pone en estos aprietos.
Obligada a seguir con mi elección.
Obligada a justificar cada acción.
Encaprichada del pecado.
Enamorada del desastre.
Hechizada por la magia que desprendes.
Condenada a observarte en la distancia.
Destinada a seguirte hasta el fin.