jueves, 4 de mayo de 2017

Por si en el cielo hay fibra

Tenías ganas de que me sacara el carné de conducir para dejar de hacerlo tú... y dejaste de conducir, de escuchar, de sentir, de contestar.

Yo estoy haciendo tests e inevitablemente me acuerdo de ti. La pena es que no te voy a poder dar una vuelta, esperé demasiado tiempo y el tiempo te llevó con él. A veces miro al firmamento cuando hay sol y sonrío. Se que te gustaría este tiempo. Es increíble lo que perdemos. Supongo que depende de como lo valoramos y para mí debía ser muy valioso porque no hay día que no me apetezca contarte algo que nunca llegarás a escuchar. Te veo en la espuma, donde acaba la mar y en cada brisa en el paseo al trabajo, y aunque no estés, se que vas conmigo. Porque cada vez que cierro los ojos te veo perfectamente y estoy convencida de que a pesar de que te enfadarías conmigo por algunas cosas, tu eras feliz cuando yo era feliz. 

Para mí comer ha dejado de tener sentido sin ti. Era guay como disfrutabas viéndome engullir. Desde que no estás me cuesta pasar la comida... Con tu sonrisa era otra cosa. De hecho como sola, si es que como. Me siento sola. En general. No entiendo nada. Hace cuatro días estarías con tu vara dando un paseo por la mañana mientras las mocosas vamos a clase y el resto con su vida, pero de repente todo es nuevo y ya no hay nadie. Al menos nadie cerca. No se, al final estudié algo para lo que no estoy segura de que pueda ejercer. Al final mi vida es tan desastrosa que la idea de ayudar a solucionar las vidas ajenas, me parece absurda. De momento soy feliz en la cocina. ¿Que hay más alternativo que vivir con el horario a la contra? ¿Tu no fuiste hippie? Bueno pues a todos nos apetece en algún momento. No me va ni tan mal. Te daría un aire me imagino. Ojalá podría recibir llamadas tuyas todas las mañanas preguntándome que tal me va. Pero a mi nadie me llama, ya lo sabes. Y ella menos. Pero no merece mención. 

En definitiva, y con otra particularidad, ojalá estuvieras vivo. Te quiero. 


08.01.16